timamente nos tratan como delincuentes a los ciudadanos de a pie que vamos al cine. Sobra decir que estamos en contra de la piratería y a favor de la copia privada. No es lo mismo que dijo Alejandro Sanz. Esto viene a cuento de que, leyendo Blogdecine, nos hemos encontrado con el tratamiento que se les da a los espectadores de La Guerra de los Mundos."Los invitados al estreno han recibido un par de folios explicando las condiciones que deberán cumplir para acceder a la sala: les serán retiradas las cámaras de fotos, grabadoras y hasta los móviles, de cuya conservación nadie se responsabiliza; se les obligará a pasar bajo un detector de metales; deberán llevar consigo el carné de identidad; podrán ser grabados por cámaras ocultas durante la proyección". En pjorge cuentan que para Batman Begins también ha estado cruda la cosa: "Por detrás pone que eres un criminal si se te ocurre llevar una cámara de fotos al cine", señala el blogger en referencia a las invitaciones para el preestreno.
Al final, el mundo orwelliano no está tan lejos como creíamos. ¿Qué buscan este tipo de medidas?. ¿Acaso harán cambiar de parecer al espectador sobre el problema que sufre una discográfica o una productora anclada en concepciones de principios de siglo?. ¿Es necesario?. Los modelos de negocio alternativo existen, también las licencias abiertas que extienden la obra del creador reconociendo su autoría. No hay que defender lo indefendible. Aunque parezca exagerado, esto es un conflicto (como recordaba Almeida esta semana) del que sólo uno saldrá victorioso y estos meses se van a jugar buena parte de nuestros derechos con la transposición de la directiva comunitaria sobre propiedad intelectual. Es ahora o nunca.