La noticia ya está disponible en Cinco Días. No se trata de prohibir la telefonía IP a mayor gloria de las empresas que dan telefonía tradicional, sino de que el software de Skype es propietario (código cerrado), ahora propiedad de una empresa norteamericana, y textualmente, el Estado francés no puede controlar esas comunicaciones. Al margen de que la seguridad de la telefonía IP es nula (por ahora), tal y como se ha comentado muchas veces en Kriptópolis, en principio parece lógico que el Estado protega sus centros de investigación ante cualquier posibilidad (nada remota) de un espionaje industrial. Sin embargo, esa preocupación parece ser que hasta ahora nunca la tuvieron respecto a Windows, por ejemplo, otro software de cógido cerrado, propiedad igualmente de una empresa extranjera. Ni de formatos propietarios cerrados. Es cierto que no es lo mismo una comunicación descontrolada que un sistema operativo, pero en el fondo, la filosofía es la misma... ¿o no?
Che sarà sarà? ¿Preocupación legítima de espionaje industrial impune? ¿De paso echar una manita a las operadoras tradicionales de telecomunicaciones (así y todo en Francia dada su legislación y la propiedad pública de las centrales de conmutación, tarifas planas baratas son posibles sin pérdidas para las operadoras)? ¿Que son muy suyos, y en su casa no les mangonea el vecino? En principio estoy de acuerdo con la medida... sobre todo si viene respaldada por el desarrollo y la implantación de un protocolo VoIP open source y libre :)