La decisión de dejar las dependencias de la CMT en Madrid es un "grave incumplimiento" de su obligación. Esa es la razón para cesar a Carlos Bustelo de la presidencia del órgano regulador en el que debe permanecer hasta diciembre de 2008 (comenzó en 2002). Fuentes oficiales del Ejecutivo han señalado a Expansión que "si la CMT no hace lo que tiene que hacer, el Gobierno obrará en consecuencia". Las causas para ello se contemplan en el artículo 35 del reglamento de la CMT: "por incapacidad permanente para el ejercicio del cargo, incumplimiento grave de sus obligaciones, condena por delito doloso o incompatibilidad sobrevenida".
La CMT aprobó el jueves una resolución que establece que cualquier traslado de personal será voluntario. Además, decide que se mantendrán operativas en Madrid las dependencias que se consideren necesarias. Industria sólo admite mantener la sede madrileña de forma interina durante el traslado y cree que Bustelo incumple gravemente sus obligaciones.
Este fue el detonante pero parece claro que el Gobierno no ve con buenos ojos la gestión de la CMT al frente de las telecomunicaciones y las tensiones, no sólo por el traslado sino también por decisiones en cuanto a los precios, se han sucedido desde la llegada del PSOE al poder. Sus empleados en absoluto están de acuerdo con la decisión: "No tiene ni idea de la normativa (se refieren al Ministro de Industria, Turismo y Comercio, José Montilla). Con la actual y si España es un Estado de Derecho, el ministerio no puede cesar al presidente y al consejo".